Meta Platforms ha dado su paso más audaz en inteligencia artificial hasta la fecha, cerrando una inversión de 14.800 millones de dólares en la empresa de etiquetado de datos Scale AI y, al mismo tiempo, fichando a su joven CEO de 28 años, Alexandr Wang, para liderar la recién creada unidad de 'Superinteligencia' de Meta.
El acuerdo, firmado el 13 de junio y que valora Scale AI en 29.000 millones de dólares, otorga a Meta una participación no votante del 49% en la compañía, que se ha convertido en un proveedor de infraestructura clave dentro del ecosistema de la IA. Scale AI está especializada en preparar y etiquetar datos de entrenamiento para los principales desarrolladores de IA, incluidos OpenAI, Google y Microsoft, todos ellos competidores directos de Meta.
La frustración de Mark Zuckerberg con la posición de Meta en el ámbito de la IA parece ser el motor de esta inversión sin precedentes. Según varias fuentes cercanas a la operación, Zuckerberg se muestra cada vez más inquieto ante la percepción de que rivales como OpenAI están más avanzados tanto en modelos de IA fundamentales como en aplicaciones orientadas al consumidor. Los modelos Llama 4 de Meta, lanzados en abril, decepcionaron a los desarrolladores, y el prometido modelo 'Behemoth', de mayor tamaño, sigue sin ver la luz debido a dudas sobre su capacidad para competir con las alternativas existentes.
La inversión se enmarca en la apuesta más amplia de Meta por la infraestructura de IA, con planes de gastar entre 60.000 y 65.000 millones de dólares solo en 2025, casi el doble que en 2024. Esto incluye la construcción de un gigantesco centro de datos de 2 gigavatios y el despliegue de más de 1,3 millones de GPUs antes de que acabe el año.
Sin embargo, los expertos del sector advierten que este gasto tan agresivo podría reflejar una escalada por pánico más que un crecimiento sostenible. Con la calidad de los datos señalada como la principal preocupación por el 85% de los líderes empresariales en encuestas recientes, y con Forrester prediciendo que la impaciencia por el retorno de la inversión en IA podría llevar a recortes prematuros, la enorme apuesta de Meta plantea dudas sobre los beneficios a largo plazo. Además, la estructura del acuerdo ha llamado la atención de expertos en competencia, que sugieren que se trata de un sofisticado intento de adquirir infraestructura crítica de IA eludiendo la supervisión tradicional de las fusiones.
Para Scale AI, el acuerdo presenta perspectivas mixtas. Aunque la inversión aumenta drásticamente su valoración, diversos informes apuntan a que OpenAI y Google —dos de sus principales clientes— han comenzado a reducir su colaboración con la empresa tras el anuncio, preocupados por la posibilidad de que Meta acceda a sus datos propietarios y estrategias de desarrollo de IA.