En un avance significativo para la manipulación robótica, investigadores del laboratorio Computational Robot Design & Fabrication (CREATE) de la EPFL han desarrollado una mano robótica capaz de agarrar objetos con movimientos sorprendentemente similares a los humanos, que surgen de manera espontánea gracias a su diseño y no a una programación compleja.
La mano ADAPT (Adaptive Dexterous Anthropomorphic Programmable sTiffness) utiliza una distribución estratégica de materiales flexibles—principalmente tiras de silicona enrolladas sobre una estructura mecánica y articulaciones con muelles—para crear lo que los investigadores denominan agarres "autoorganizados". A diferencia de las manos robóticas tradicionales, que requieren información precisa sobre la posición y las propiedades de un objeto, la mano ADAPT puede adaptarse a distintos objetos con una entrada mínima de datos.
"Como humanos, realmente no necesitamos demasiada información externa para agarrar un objeto, y creemos que esto se debe a las interacciones flexibles—o blandas—que se producen en la interfaz entre el objeto y la mano humana", explica Kai Junge, doctorando bajo la supervisión de la profesora Josie Hughes en el laboratorio CREATE.
El diseño de la mano es notablemente eficiente, utilizando solo 12 motores alojados en la muñeca para controlar sus 20 articulaciones. El resto del control mecánico proviene de los muelles, que pueden ajustarse en rigidez, y de la 'piel' de silicona, que puede añadirse o retirarse. En las pruebas, la mano ADAPT logró recoger con éxito 24 objetos diferentes con una tasa de éxito del 93%, utilizando movimientos que imitaban el agarre humano natural con una similitud del 68%.
Lo que hace especialmente destacable este desarrollo es la simplicidad de su programación. La mano se mueve a través de solo cuatro puntos de referencia generales para levantar un objeto, y cualquier adaptación adicional ocurre de forma automática, sin necesidad de programación extra—lo que los expertos en robótica denominan control 'en bucle abierto'. Esto permite que la mano adapte su agarre a objetos tan variados como un simple tornillo o un plátano sin necesidad de reprogramación.
El equipo de la EPFL está ahora ampliando esta base integrando elementos de control en bucle cerrado, incluyendo sensores de presión en la piel de silicona e inteligencia artificial. Este enfoque podría dar lugar a robots que combinen la adaptabilidad de la flexibilidad con un control preciso, revolucionando potencialmente la forma en que los robots interactúan con entornos impredecibles o espacios diseñados para humanos.