DataVolt, la empresa saudí, avanza con una inversión histórica de 20.000 millones de dólares en centros de datos de inteligencia artificial e infraestructuras energéticas en todo Estados Unidos, según anunció la Casa Blanca el martes durante la visita de Estado del presidente Donald Trump a Arabia Saudí.
La inversión forma parte de un compromiso saudí histórico de 600.000 millones de dólares con la economía estadounidense, que incluye una promesa conjunta de 80.000 millones de dólares por parte de gigantes tecnológicos como Google, DataVolt, Oracle, Salesforce, AMD y Uber para invertir en tecnologías punteras en ambos países.
DataVolt, desarrollador y operador saudí de centros de datos sostenibles fundado en 2023, se ha posicionado como un actor clave en el impulso del reino para convertirse en un centro global de inteligencia artificial. La empresa está especializada en el desarrollo de instalaciones de computación de alta densidad y eficiencia energética diseñadas para cargas de trabajo de IA, con un fuerte enfoque en la sostenibilidad.
"Estamos proporcionando infraestructuras digitales críticas que apoyarán la posición de Arabia Saudí como líder global en inteligencia artificial, al tiempo que ofrecemos a nuestros clientes soluciones de centros de datos sostenibles", declaró Rajit Nanda, CEO de DataVolt, en un comunicado reciente. La inversión de la compañía en EE. UU. está alineada con el plan de diversificación económica Visión 2030 de Arabia Saudí, que busca reducir la dependencia del petróleo.
El anuncio llega apenas un día después de que el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, lanzara una nueva empresa de inteligencia artificial en el reino, subrayando las ambiciones de Arabia Saudí en el sector tecnológico. Durante el foro de inversiones en Riad, el príncipe heredero afirmó que el objetivo es elevar la asociación entre EE. UU. y Arabia Saudí a un billón de dólares en los sectores militar, de seguridad, económico y tecnológico.
Para Estados Unidos, esta inversión supone un impulso significativo a su infraestructura de inteligencia artificial en un momento en el que la demanda de potencia de cálculo está aumentando debido a los rápidos avances en tecnologías de IA. El acuerdo también refuerza los lazos económicos entre EE. UU. y Arabia Saudí en un contexto de creciente competencia global en el sector de la inteligencia artificial, especialmente por parte de China.