La exdirectora técnica de OpenAI, Mira Murati, ha conseguido una histórica financiación semilla de 2.000 millones de dólares para su startup de inteligencia artificial Thinking Machines Lab, valorando la joven empresa de seis meses en 10.000 millones. La ronda de financiación, cerrada el 20 de junio, estuvo liderada por Andreessen Horowitz y contó con la participación de Conviction Partners, de Sarah Guo.
Murati, que dejó OpenAI en septiembre de 2024 tras seis años en la compañía, fundó Thinking Machines Lab en febrero de 2025. Durante su etapa en OpenAI, lideró el desarrollo de productos revolucionarios de IA como ChatGPT, DALL-E y el sistema generador de código Codex. También ejerció brevemente como directora ejecutiva interina de OpenAI durante la corta destitución de Sam Altman en noviembre de 2023.
La startup ha reunido un equipo impresionante de talento en IA, incluyendo al cofundador de OpenAI John Schulman como director científico y al exvicepresidente de investigación de OpenAI Barret Zoph como CTO. Otros miembros destacados del equipo son el exdirector de investigación de OpenAI Bob McGrew y el reconocido investigador en IA Alec Radford, que actúa como asesor.
Aunque Thinking Machines Lab ha revelado pocos detalles sobre sus productos concretos o planes de ingresos, la empresa ha declarado que su misión es desarrollar sistemas de IA "más comprensibles, personalizables y generalmente capaces". La startup se centra en construir sistemas de IA multimodales que colaboren con los humanos en lugar de operar de forma autónoma, con especial atención a la adaptación a diferentes dominios y niveles de experiencia.
"Nuestro objetivo es sencillo: avanzar en la IA haciéndola ampliamente útil y comprensible mediante bases sólidas, ciencia abierta y aplicaciones prácticas", afirmó Murati al lanzar la empresa. La startup se ha comprometido a contribuir a la investigación sobre alineamiento de la IA compartiendo código, conjuntos de datos y especificaciones de modelos.
La extraordinaria ronda de financiación pone de relieve el continuo flujo masivo de capital hacia el desarrollo avanzado de IA, con inversores dispuestos a apostar por talento probado en IA incluso sin hojas de ruta detalladas de producto. Según se informa, la estructura del acuerdo otorga a Murati un control inusual, con derechos de voto en el consejo que superan a los del resto de directores juntos.