Google ha decidido poner fin a su relación con Scale AI, una medida que refleja las crecientes tensiones en la industria de la inteligencia artificial tras la enorme inversión de Meta en la startup de etiquetado de datos.
Según varias fuentes, Google tenía previsto gastar alrededor de 200 millones de dólares este año en los servicios especializados de etiquetado de datos de Scale AI, fundamentales para entrenar modelos avanzados de IA como Gemini. El gigante de las búsquedas ya ha iniciado conversaciones con varios competidores de Scale para trasladar su carga de trabajo a otras empresas.
Este éxodo se produce después de que Meta cerrara un acuerdo de 14.300 millones de dólares por una participación del 49% en Scale AI, valorando la compañía en 29.000 millones de dólares, más del doble de su valoración anterior de 13.800 millones en la ronda de financiación de mayo de 2024. Como parte del acuerdo, el CEO de Scale AI, Alexandr Wang, de 28 años, se incorporará a Meta para liderar sus nuevos esfuerzos en "superinteligencia", manteniendo a la vez su puesto en el consejo de administración de Scale.
Otras grandes tecnológicas siguen el ejemplo de Google. Según se informa, Microsoft busca reducir su dependencia de Scale AI, mientras que xAI, la empresa de Elon Musk, también estaría intentando romper la relación. OpenAI ya había comenzado a distanciarse de Scale hace varios meses, aunque su directora financiera, Sarah Friar, declaró que seguirán trabajando con Scale como uno de sus múltiples proveedores.
La principal preocupación de estas compañías gira en torno a la seguridad de los datos y la inteligencia competitiva. Al contratar los servicios de Scale AI, los clientes suelen compartir datos propietarios y prototipos de productos que requieren anotación. Con Meta ahora como accionista mayoritario de Scale, los competidores temen que sus prioridades de investigación y hojas de ruta técnicas puedan quedar expuestas a un rival directo.
Scale AI, que generó aproximadamente 870 millones de dólares en ingresos en 2024 y espera superar los 2.000 millones este año, sostiene que su negocio sigue siendo sólido entre grandes empresas y gobiernos. La compañía ha recalcado que continuará operando de forma independiente y protegiendo los datos de sus clientes, pero la pérdida de Google —su mayor cliente— supone un reto considerable en su nueva etapa junto a Meta.