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Los profesores se enfrentan a crecientes desafíos al enseñar ética de la IA

Los profesores universitarios están teniendo dificultades para adaptarse a la rápida integración de la inteligencia artificial en la educación, y muchos expresan temor por sus implicaciones en el aprendizaje de los estudiantes. A medida que la inteligencia artificial transforma la educación superior, los docentes se enfrentan a dilemas éticos relacionados con la desigualdad social, preocupaciones medioambientales y la posible deshumanización de la experiencia de aprendizaje. Las investigaciones indican que muchos profesores se sienten poco preparados para enseñar ética de la IA debido a la falta de oportunidades de desarrollo profesional y a la escasa participación en el diseño curricular.
Los profesores se enfrentan a crecientes desafíos al enseñar ética de la IA

Desde que OpenAI lanzó ChatGPT en 2022, las herramientas de inteligencia artificial han invadido rápidamente los campus universitarios de todo el país. Estos sistemas de IA incluyen modelos de lenguaje y generadores de imágenes que responden a las indicaciones de los usuarios, cambiando fundamentalmente la manera en que los estudiantes abordan sus trabajos académicos.

Muchos profesores han manifestado su oposición al uso de la IA en entornos académicos, citando preocupaciones sobre el plagio, inexactitudes, dependencia excesiva de los estudiantes y una disminución de las habilidades de pensamiento crítico. Como respuesta, las universidades han implementado software de detección de IA como Turnitin para identificar contenido generado por inteligencia artificial en los trabajos de los alumnos.

"Para mí y para muchos profesores, hay miedo", admite Celeste Pilegard, profesora de ciencias cognitivas y psicología educativa en la UCSD. "Nos aferramos a los últimos vestigios, esperando que esto no se convierta en lo que todo el mundo utilice". Pilegard teme que los estudiantes que usan IA para aprobar asignaturas introductorias carezcan de conocimientos fundamentales y de la capacidad para evaluar la precisión de la IA. "Es difícil distinguir lo que es real de lo que es falso, lo que es útil de lo que es erróneo", explica. "Cuando tienes suficiente experiencia en un área, es posible utilizar ChatGPT como una herramienta de pensamiento porque puedes detectar sus carencias".

Algunos docentes han adoptado una postura firme contra el uso de la IA en sus clases. En una universidad de California, una profesora aplica una estricta política de no usar IA en su curso de enseñanza de la alfabetización, argumentando que "la IA elimina la oportunidad de participar en esa lucha productiva" esencial para un aprendizaje profundo y el desarrollo de habilidades.

Mientras tanto, otros profesores están adoptando la IA aunque reconocen sus limitaciones. "Básicamente cambio mi plan de estudios cada día", afirma un profesor que imparte materias relacionadas con la IA. "Creo que esto me recuerda, como profesional, que hay que adaptarse constantemente a las nuevas tecnologías porque van a cambiar muy rápido. Es muy importante estar abierto y ser curioso respecto a lo que la tecnología puede aportarnos y cómo puede ayudarnos".

Las estrategias institucionales varían considerablemente. En la USC, los profesores pueden elegir entre dos enfoques recogidos en las directrices del centro: "Adoptar y potenciar" o "Desalentar y detectar". Bobby Carnes, profesor asociado de contabilidad clínica, ha encontrado un término medio: "Yo la utilizo todo el tiempo, así que no tiene sentido decir a los estudiantes que no pueden usarla".

Las universidades organizan cada vez más eventos para abordar estos desafíos. La Universidad Estatal de Michigan celebró recientemente su Cumbre de IA 2025 para desarrollar una estrategia proactiva de integración de la IA. El evento contó con expertos como Lauren Klein, de la Universidad de Emory, quien destacó que "el pensamiento y las ideas humanistas pueden ayudar a identificar e intervenir en los sesgos de los datos y guiar el desarrollo de sistemas de IA que sean justos, inclusivos y liderados por la comunidad".

Un obstáculo importante es la falta de preparación del profesorado. Las investigaciones muestran que los docentes expresan preocupación por su escaso conocimiento sobre la IA y los problemas éticos que plantea. Muchos señalan la insuficiencia de oportunidades de formación como una barrera principal. Estas inquietudes subrayan la importancia de programas de capacitación bien diseñados que se centren en las implicaciones sociales y éticas de la IA, y no solo en los aspectos técnicos.

A medida que la IA sigue transformando la educación, los expertos insisten en la importancia de formar a los futuros desarrolladores y usuarios de IA para que reflexionen sobre cómo esta tecnología afecta a la vida de las personas. Esto implica asumir responsabilidades para potenciar los beneficios de la IA y mitigar sus posibles daños, posiblemente mediante una inclusión más sistemática de la ética de la IA en el desarrollo curricular.

De cara al futuro, organizaciones como la Association of American Colleges & Universities están planificando iniciativas como el Instituto sobre IA, Pedagogía y Currículo 2025-26. Este programa online ayudará a departamentos e instituciones a "responder eficazmente a los retos y oportunidades que la inteligencia artificial presenta para las asignaturas, los planes de estudio y la educación superior en general" a través de eventos virtuales, mentoría y la implementación colaborativa de planes de acción sobre IA.

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