La rápida expansión de la inteligencia artificial está incrementando de forma drástica la huella de carbono de la industria tecnológica, según un nuevo informe de las Naciones Unidas publicado el 5 de junio de 2025.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ha monitorizado las emisiones de gases de efecto invernadero de 200 de las principales empresas digitales entre 2020 y 2023, y ha constatado que las emisiones indirectas de carbono de cuatro gigantes tecnológicos centrados en la IA – Amazon, Microsoft, Alphabet y Meta – aumentaron una media del 150% durante este periodo. Las emisiones operativas de carbono de Amazon crecieron más, con un 182%, seguidas de Microsoft con un 155%, Meta con un 145% y Alphabet con un 138%.
Estas emisiones indirectas, que incluyen las generadas por la electricidad, vapor, calefacción y refrigeración adquiridos, se han disparado principalmente debido a la enorme demanda energética de los centros de datos impulsados por IA. El informe de la UIT advierte que, a medida que aumenta la inversión en IA, las emisiones de carbono de los principales sistemas de IA emisores podrían alcanzar hasta 102,6 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono al año.
El impacto medioambiental va más allá de las emisiones de carbono. Los centros de datos requieren sofisticados sistemas de refrigeración que consumen cantidades significativas de agua, y el consumo de agua de Google ha aumentado casi un 88% desde 2019. Esto resulta especialmente preocupante en regiones propensas a la sequía, como California.
Las empresas tecnológicas están respondiendo con diversas iniciativas de sostenibilidad. Amazon ha declarado que está invirtiendo en proyectos de energía libre de carbono, incluyendo energía nuclear y renovable. Microsoft ha duplicado su ritmo de ahorro energético y está adoptando diseños de refrigeración líquida a nivel de chip para reducir el consumo de energía. Meta trabaja para reducir las emisiones, el consumo de energía y de agua en sus centros de datos.
Sin embargo, el informe de la UIT destaca que, aunque cada vez más empresas digitales han fijado objetivos de reducción de emisiones, estas ambiciones aún no se han traducido plenamente en reducciones reales. El rápido crecimiento de la IA está impulsando un fuerte aumento de la demanda eléctrica global, y el consumo eléctrico de los centros de datos crece cuatro veces más rápido que el consumo eléctrico total.
Los expertos predicen que el consumo eléctrico global de los centros de datos podría duplicarse y alcanzar alrededor de 945 teravatios-hora en 2030, lo que representaría casi el 3% del consumo eléctrico mundial. Este incremento está ejerciendo presión sobre la infraestructura energética existente, y algunas compañías eléctricas están proponiendo nuevas centrales eléctricas de combustibles fósiles para satisfacer la creciente demanda, una medida que los ecologistas advierten podría poner en peligro los objetivos climáticos.