El responsable de IA de la Casa Blanca, David Sacks, restó importancia a las preocupaciones sobre el posible contrabando de chips estadounidenses avanzados de IA a entidades no autorizadas, subrayando que la naturaleza física de esta tecnología hace que las transferencias ilícitas sean poco probables.
"Hablamos de estos chips como si pudieran ser introducidos de contrabando en una maleta. No es así como son. Se trata de racks de servidores de dos metros y medio de alto que pesan dos toneladas", afirmó Sacks durante el AWS Summit en Washington el martes. "No salen andando por la puerta. Es muy fácil verificar básicamente que están donde deben estar".
Estas declaraciones señalan un cambio significativo en el enfoque de la administración respecto a la política de exportación de IA, priorizando la expansión de mercado frente a las restricciones centradas en la seguridad implementadas por la administración Biden. En mayo, la administración Trump revocó la controvertida "norma de difusión de IA" de Biden, que dividía el mundo en tres niveles con diferentes grados de acceso a chips avanzados de IA. Dicha norma habría limitado las exportaciones a unos 120 países, bloqueando completamente los envíos a China, Rusia y otras naciones consideradas preocupantes.
"Revocamos esa norma de difusión de Biden, que convertía la difusión en una palabra negativa. La difusión de nuestra tecnología debería ser algo positivo", explicó Sacks. Advirtió que unas políticas demasiado restrictivas podrían empujar a los países hacia alternativas chinas, afirmando: "¿Qué opción les estamos dando? Básicamente los vamos a empujar a los brazos de China".
Sacks también recalcó la urgencia de mantener la ventaja competitiva de Estados Unidos, asegurando que las capacidades de IA de China avanzan rápidamente. "China no está años y años por detrás de nosotros en IA. Quizá estén a tres o seis meses", dijo, aunque la Casa Blanca aclaró posteriormente que se refería específicamente a los modelos de IA chinos, no a la tecnología de chips.
La administración Trump ya ha dado pasos para implementar su enfoque más abierto respecto a las exportaciones de IA, anunciando el mes pasado una asociación con Emiratos Árabes Unidos para construir el que denominan el mayor campus de inteligencia artificial fuera de Estados Unidos. Esto sigue la estrategia más amplia de la administración de utilizar acuerdos bilaterales en lugar de restricciones globales para gestionar las transferencias de tecnología de IA, manteniendo al mismo tiempo controles de exportación dirigidos específicamente a adversarios como China.