Los mercados globales experimentaron un fuerte repunte esta semana tras el anuncio de un acuerdo comercial temporal entre Estados Unidos y China que reduce significativamente los aranceles entre las dos mayores economías del mundo. El acuerdo, que entró en vigor el miércoles 14 de mayo, rebaja los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas del 145% al 30% y los aranceles chinos sobre productos estadounidenses del 125% al 10% durante un periodo inicial de 90 días.
Este acuerdo supone un avance crucial para el sector de la inteligencia artificial, que se ha visto atrapado en el fuego cruzado del aumento de las tensiones comerciales. Las cadenas de suministro de semiconductores —la columna vertebral del desarrollo de la IA— han sido especialmente vulnerables a las interrupciones, ya que ambos países habían impuesto anteriormente diversas restricciones a la exportación e importación de chips.
Antes de la tregua, China ya había adoptado medidas estratégicas para proteger su sector tecnológico, eximiendo de aranceles a ciertos semiconductores fabricados en EE. UU. Según informes de abril, China eliminó discretamente los aranceles sobre ocho categorías de microchips estadounidenses para proteger a sus principales empresas tecnológicas de las consecuencias de la guerra comercial. Este enfoque selectivo puso de manifiesto la interdependencia de las cadenas de suministro globales de IA a pesar de las tensiones geopolíticas.
La pausa temporal en la guerra comercial también incluye el compromiso de China de levantar las contramedidas a la exportación impuestas tras el 2 de abril, incluidas las restricciones sobre minerales de tierras raras e imanes ampliamente utilizados en la fabricación de alta tecnología. Estos materiales son componentes esenciales para los sistemas informáticos avanzados que impulsan las aplicaciones de inteligencia artificial.
Aunque la tregua ofrece un alivio inmediato, los analistas del sector se muestran cautos respecto a las perspectivas a largo plazo. "Esto refleja que ambas partes reconocen la realidad económica de que los aranceles perjudican el crecimiento global y que la negociación es la mejor opción de cara al futuro", señaló Tai Hui, estratega jefe de mercados para Asia-Pacífico en J.P. Morgan Asset Management. El plazo de 90 días podría resultar insuficiente para resolver los problemas estructurales más profundos en la relación comercial entre EE. UU. y China.
En lo que respecta al desarrollo de la IA, el acuerdo proporciona un respiro a las empresas para reajustar sus cadenas de suministro y estrategias de aprovisionamiento. La industria de los semiconductores, que ya ha perdido miles de millones en ingresos debido a los controles de exportación previos, podría beneficiarse significativamente de la reducción de barreras comerciales, acelerando potencialmente la innovación en tecnologías de IA que dependen de chips avanzados.