Un sistema revolucionario de inteligencia artificial desarrollado por investigadores suizos está a punto de transformar la industria del cemento al reducir drásticamente su huella de carbono sin comprometer la resistencia ni la durabilidad.
La producción de cemento es una de las mayores fuentes industriales de emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El proceso de fabricación requiere calentar piedra caliza y otros materiales a temperaturas extremadamente altas—alrededor de 1.400 grados Celsius—lo que consume enormes cantidades de energía y libera CO2 tanto por la combustión de combustibles como por reacciones químicas.
El sistema suizo de IA aborda este desafío analizando miles de combinaciones posibles de ingredientes para identificar formulaciones óptimas que mantengan las propiedades esenciales de unión del cemento mientras reducen significativamente las emisiones. Mediante algoritmos de aprendizaje automático, la tecnología evalúa cómo diferentes proporciones de los componentes tradicionales del cemento pueden ser sustituidas por alternativas de menor huella de carbono, como cenizas volantes, escoria y arcilla calcinada.
Las primeras pruebas muestran resultados prometedores, con algunas formulaciones optimizadas por IA que logran reducir las emisiones de carbono entre un 40% y un 75% en comparación con el cemento convencional. La capacidad del sistema para simular y predecir las características de rendimiento elimina gran parte del costoso proceso de prueba y error que normalmente se requiere al desarrollar nuevas recetas de cemento.
La tecnología se basa en innovaciones previas de instituciones de investigación suizas, incluido el proyecto de hormigón ultraverde de la ETH de Zúrich, que demostró que las emisiones de CO2 podían reducirse de 300 a aproximadamente 80-100 kilogramos por metro cúbico sin comprometer el rendimiento del material.
A medida que la industria de la construcción se enfrenta a una creciente presión para descarbonizarse, este avance en IA ofrece una vía práctica hacia prácticas de edificación más sostenibles. Con la demanda de cemento en aumento a nivel global—especialmente para centros de datos y proyectos de infraestructuras—el momento de esta innovación podría ser crucial para alcanzar los objetivos climáticos sin frenar el desarrollo económico.