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El Pentágono financia IA para transformar la estrategia diplomática de EE. UU.

El Futures Lab del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales está aprovechando fondos del Pentágono para explorar cómo la inteligencia artificial puede revolucionar las prácticas diplomáticas. Investigadores están entrenando modelos como ChatGPT y DeepSeek con tratados de paz y comunicaciones diplomáticas para asistir en negociaciones internacionales de alto nivel. Aunque estas herramientas muestran potencial para la resolución de conflictos, expertos advierten que pueden fallar ante desafíos geopolíticos sin precedentes.
El Pentágono financia IA para transformar la estrategia diplomática de EE. UU.

El gobierno de Estados Unidos recurre cada vez más a la inteligencia artificial para redefinir su enfoque hacia la diplomacia global y la resolución de conflictos, con importantes implicaciones para la estrategia de seguridad nacional.

En el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington D.C., investigadores del Futures Lab están a la vanguardia en la aplicación de IA en la práctica diplomática, gracias al financiamiento de la Oficina Principal de Inteligencia Artificial y Digital del Pentágono. El laboratorio está experimentando con grandes modelos de lenguaje como ChatGPT y DeepSeek para abordar complejos temas de guerra y paz, yendo más allá de los roles tradicionales de la IA en la diplomacia, como la redacción de discursos y tareas administrativas.

Una de las iniciativas emblemáticas del laboratorio, "Strategic Headwinds", demuestra el potencial de la IA en negociaciones de paz. El programa fue desarrollado entrenando modelos de IA con cientos de tratados de paz históricos junto con artículos de noticias actuales que detallan las posturas de negociación en el conflicto de Ucrania. El sistema identifica posibles áreas de acuerdo que podrían conducir a un alto al fuego, ofreciendo a los diplomáticos perspectivas basadas en datos que de otro modo podrían pasar desapercibidas.

"Eventualmente podríamos ver IAs iniciando las negociaciones por sí mismas... y el negociador humano diciendo: 'Perfecto, ahora resolvemos los últimos detalles'", sugiere Andrew Moore, miembro adjunto senior del Center for a New American Security, quien imagina que las herramientas de IA eventualmente simularán a líderes extranjeros para ayudar a los diplomáticos a probar respuestas ante crisis.

Sin embargo, estas tecnologías enfrentan limitaciones significativas. Andrew Reddie, fundador del Berkeley Risk and Security Lab, advierte sobre la asimetría de información: "Los adversarios de Estados Unidos tienen una ventaja considerable porque nosotros publicamos todo... y ellos no". Esta disparidad en la transparencia podría ser explotada por naciones con entornos informativos menos abiertos.

Los expertos también alertan que los sistemas de IA tienen dificultades ante situaciones novedosas. "Si realmente crees que tu desafío geopolítico es un cisne negro, las herramientas de IA no te serán útiles", señala Reddie, destacando la dependencia de la IA en patrones históricos.

Los departamentos de Defensa y Estado están realizando sus propios experimentos con IA, lo que señala un cambio institucional más amplio hacia la diplomacia computacional. Benjamin Jensen, del CSIS, reconoce que estos sistemas necesitan entrenamiento especializado para comprender el lenguaje diplomático, citando casos en los que modelos de IA malinterpretaron términos como "disuasión en el Ártico" con resultados involuntariamente cómicos.

A medida que estas tecnologías maduran, los responsables de políticas enfrentan una decisión crucial sobre el papel de la IA en la política exterior estadounidense: ¿se convertirá en un asistente diplomático invaluable que aporte perspectivas matizadas, o será solo otra herramienta digital con valor práctico limitado? La respuesta probablemente definirá la estrategia diplomática de EE. UU. en las próximas décadas.

Source: Npr

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