En salas de juntas, llamadas de resultados y conferencias tecnológicas en Silicon Valley, ha surgido una nueva tendencia entre los CEOs tecnológicos: proclamar con orgullo cuán extensamente utilizan internamente sus propios productos de inteligencia artificial.
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, reveló recientemente que entre el 20% y 30% de los repositorios de código de la compañía ahora contienen código generado por IA. "Diría que tal vez el 20%, 30% del código que está dentro de nuestros repositorios hoy, y algunos de nuestros proyectos, probablemente están escritos completamente por software", declaró Nadella durante una conversación con el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, en LlamaCon.
No queriendo quedarse atrás, el CEO de Google, Sundar Pichai, anunció que la IA está generando "bien por encima del 30%" del nuevo código de la empresa, frente al 25% de hace apenas seis meses. Estos ejecutivos utilizan estas estadísticas para demostrar su confianza en sus propios sistemas de IA.
Mientras tanto, Zuckerberg ha establecido un objetivo aún más ambicioso, prediciendo que "tal vez la mitad del desarrollo será realizado por IA, en lugar de personas" en Meta dentro del próximo año. También ha sido enfático sobre el desarrollo de una IA que pueda funcionar como "una especie de ingeniero de nivel medio" en la compañía.
Más allá de la generación de código, los líderes tecnológicos están adoptando el 'dogfooding' de IA de otras maneras. Sachin Kansal, ejecutivo de Uber, ha llevado su enfoque de 'dogfooding' al siguiente nivel, completando 700 viajes entregando comida o personas para probar los servicios de la empresa de primera mano. Ahora está aplicando esta misma metodología a la integración de vehículos autónomos en Uber, probando personalmente los robotaxis Waymo en Austin.
Esta práctica de "comer tu propia comida para perros" no es nueva en la tecnología—data de la década de 1970 y fue popularizada en Microsoft en los años 80—pero ha cobrado un nuevo significado en la era de la IA. Las empresas la utilizan no solo como táctica de marketing, sino como un enfoque práctico para identificar errores, mejorar la experiencia del usuario y demostrar la seguridad y confiabilidad de sus sistemas de IA.
Sin embargo, a medida que la IA se integra más profundamente en operaciones empresariales críticas, las apuestas del 'dogfooding' son más altas que nunca. Cuando los CEOs tecnológicos se comprometen públicamente a utilizar extensamente sus propios productos de IA, están haciendo una declaración sobre su confianza en estos sistemas—y estableciendo expectativas para que el resto de la industria siga su ejemplo.