Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencia e Ingeniería de la Universidad de Bristol ha presentado un innovador robot blando inspirado en la arquitectura única del sistema nervioso del pulpo. Publicada en Science Robotics el 14 de mayo de 2025, esta innovación demuestra cómo el diseño biomimético puede revolucionar la robótica autónoma.
Liderado por Tianqi Yue, el equipo diseñó un robot sencillo pero inteligente que utiliza flujos de aire o agua para coordinar la succión y el movimiento, de manera similar a cómo los pulpos controlan sus cientos de ventosas a lo largo de múltiples brazos. A diferencia de los robots tradicionales, que dependen de complejos sistemas electrónicos y unidades centrales de procesamiento, la inteligencia de este robot está físicamente incorporada en su estructura.
"El año pasado, desarrollamos una ventosa artificial que imitaba la forma en que los pulpos se adhieren a las rocas utilizando materiales blandos y sellado con agua", explica Yue. "Esta investigación lleva ese trabajo más allá, pasando de usar una ventosa como las de un pulpo para conectarse a objetos a emplear 'inteligencia de succión incorporada', imitando aspectos clave de la estructura neuromuscular del pulpo en sistemas robóticos blandos".
La inteligencia de succión del robot opera en dos niveles distintos. En el nivel inferior, el acoplamiento del flujo de succión con circuitos fluidos locales permite que el robot logre una inteligencia incorporada similar a la del pulpo, incluyendo el agarre delicado de objetos frágiles y el enrollamiento adaptativo alrededor de artículos con geometrías desconocidas. En el nivel superior, al decodificar las respuestas de presión de la ventosa, el robot puede detectar el contacto, clasificar su entorno y la rugosidad de la superficie, e incluso predecir fuerzas de tracción interactivas.
Este enfoque resuelve un desafío fundamental en la robótica: controlar sistemas con numerosos grados de libertad. Los robots convencionales requieren programación explícita para cada escenario posible, lo que los hace computacionalmente ineficientes. El pulpo, en contraste, utiliza una arquitectura de control distribuido que permite un control efectivo y eficiente de sus brazos, estrategia que ahora ha sido implementada exitosamente en este robot blando.
La tecnología tiene aplicaciones prometedoras en diversas industrias, desde la agricultura (manipulación cuidadosa de productos delicados) hasta la manufactura y la salud. A medida que la investigación en robótica blanda continúa creciendo —con publicaciones relacionadas aumentando más del 50% entre 2021 y 2024—, esta innovación representa un paso importante hacia la creación de robots capaces de interactuar de manera segura e intuitiva con humanos y entornos complejos.