En un movimiento sorpresivo que subraya la evolución del panorama de la inteligencia artificial, OpenAI se ha asociado con Google Cloud para satisfacer sus crecientes necesidades de cómputo, a pesar de que ambas compañías son competidoras directas en el ámbito de la IA.
El acuerdo, finalizado en mayo de 2025 tras meses de negociaciones, permitirá a OpenAI aprovechar la infraestructura en la nube de Google tanto para entrenar como para operar sus sofisticados modelos de IA. Esta colaboración surge mientras ChatGPT de OpenAI continúa representando un desafío significativo para el negocio dominante de búsqueda de Google, lo que pone de manifiesto cómo las demandas computacionales están obligando incluso a rivales a colaborar.
Para OpenAI, esta alianza representa un giro estratégico para reducir su dependencia de Microsoft, que ha sido su principal proveedor de nube desde 2019. La empresa ha estado diversificando activamente sus fuentes de infraestructura, incluyendo su destacado proyecto Stargate—una empresa conjunta con Oracle y SoftBank que busca invertir hasta 500 mil millones de dólares en centros de datos de IA en Estados Unidos durante los próximos cuatro años.
El momento es relevante, ya que OpenAI anunció recientemente que su tasa de ingresos anualizados alcanzó los 10 mil millones de dólares en junio de 2025, posicionando a la compañía para cumplir sus ambiciosos objetivos de crecimiento. Con más de 500 millones de usuarios activos semanales y 3 millones de clientes empresariales de pago, las necesidades de cómputo de OpenAI han crecido exponencialmente desde el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022.
Para Google Cloud, asegurar a OpenAI como cliente representa una victoria importante. El acuerdo suma a un líder innovador en IA a su cartera de clientes, que ya incluye gigantes tecnológicos como Apple y startups de IA como Anthropic. Google Cloud generó 43 mil millones de dólares en ventas en 2024, lo que representa el 12% de los ingresos totales de Alphabet, y se ha posicionado como un proveedor neutral de recursos de cómputo para empresas de inteligencia artificial.
"El acuerdo subraya que ambas compañías están dispuestas a dejar de lado la intensa competencia entre ellas para satisfacer las enormes demandas de cómputo", señalaron analistas de la industria. A medida que el desarrollo de IA sigue requiriendo niveles de poder computacional sin precedentes, este tipo de alianzas pragmáticas podrían volverse cada vez más comunes, redefiniendo los límites tradicionales de la competencia en el sector tecnológico.