En un movimiento significativo para consolidar el liderazgo tecnológico de Estados Unidos, el presidente Donald Trump anunció el Proyecto Stargate el 21 de enero de 2025, describiéndolo como "el proyecto de infraestructura de IA más grande de la historia".
La ambiciosa iniciativa reúne a los gigantes tecnológicos OpenAI, Oracle y SoftBank en una empresa conjunta que planea invertir hasta $500 mil millones en infraestructura de inteligencia artificial durante los próximos cuatro años. Las compañías han comprometido $100 mil millones para su despliegue inmediato, con la construcción ya en marcha de los primeros centros de datos en Abilene, Texas.
"Este proyecto asegurará el liderazgo estadounidense en IA, creará cientos de miles de empleos estadounidenses y generará un enorme beneficio económico para todo el mundo", afirmó Oracle en su anuncio. SoftBank se encargará de las responsabilidades financieras mientras que OpenAI supervisará las operaciones, con asociaciones tecnológicas adicionales de Microsoft, Nvidia y Arm.
El Proyecto Stargate llega en un momento crucial en la carrera global por la inteligencia artificial. China ha hecho del desarrollo de IA una prioridad nacional, y su reciente modelo DeepSeek desafía el dominio estadounidense. Como señaló Chris Lehane, director de asuntos globales de OpenAI: "Esta es una competencia muy real y las apuestas no podrían ser mayores".
Según Larry Ellison, presidente de Oracle, la instalación en Texas eventualmente contará con 20 edificios, cada uno de medio millón de pies cuadrados. Estos enormes centros de datos proporcionarán la potencia computacional necesaria para los modelos de IA de próxima generación, con aplicaciones potenciales que van desde la salud hasta la seguridad nacional.
El anuncio se produjo tras la derogación por parte de Trump de las regulaciones sobre IA implementadas durante la administración Biden, en su primer día en el cargo, señalando la prioridad de su gobierno en la innovación rápida y el avance tecnológico. Mientras que los partidarios elogian el enfoque desregulatorio como necesario para mantener la ventaja competitiva de Estados Unidos, los críticos expresan preocupación por los posibles impactos ambientales, ya que estos centros de datos requerirán enormes cantidades de energía y recursos hídricos.