La batalla por el talento de élite en inteligencia artificial ha alcanzado nuevas cotas, ya que los gigantes tecnológicos despliegan recursos financieros sin precedentes para atraer y retener a los mejores investigadores.
Según el CEO de OpenAI, Sam Altman, Meta ha estado realizando "ofertas gigantescas a mucha gente de nuestro equipo", incluyendo "primas de fichaje de 100 millones de dólares y más aún en compensación anual". Altman hizo estas declaraciones en el pódcast de su hermano Jack, donde aseguró que "ninguna de nuestras mejores personas ha decidido aceptar esas ofertas" a pesar de las sumas astronómicas ofrecidas.
La competencia refleja la creencia de la industria de que un pequeño grupo de investigadores de élite —a quienes Altman denomina "ingenieros 10.000×"— puede aportar contribuciones desproporcionadas al desarrollo de la IA. "Aunque la lucha por atraer al mejor talento siempre ha sido una característica del sector tecnológico, desde el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022, la captación de talento se ha intensificado hasta niveles propios de deportistas profesionales", según informa Reuters.
Si bien Meta ha logrado fichar a algunos talentos de alto perfil, como Jack Rae de Google DeepMind y Johan Schalkwyk de Sesame AI, al parecer no ha conseguido atraer a Noam Brown de OpenAI ni a Koray Kavukcuoglu de Google. La tasa de retención de Meta, del 64%, queda por detrás del impresionante 80% de Anthropic y del 78% de Google DeepMind.
Los paquetes de compensación astronómicos reflejan tanto la escasez de talento de élite en IA como la importancia estratégica que las empresas otorgan al desarrollo de esta tecnología. Se informa que Google DeepMind ha ofrecido a sus principales investigadores paquetes de hasta 20 millones de dólares anuales, mientras que los mejores de OpenAI reciben habitualmente más de 10 millones al año.
Sin embargo, esta guerra de talento plantea importantes retos para el sector. La concentración de expertos en unas pocas empresas dominantes amenaza con frenar la innovación en el ecosistema más amplio de la IA. Además, la espiral de costes insostenible pone en peligro la viabilidad financiera a largo plazo, especialmente cuando empresas como Meta prevén gastar entre 60.000 y 65.000 millones de dólares solo en inversiones de capital en IA en 2025. Mientras tanto, la contratación de personal junior en el sector tecnológico se está desplomando, lo que crea una marcada brecha entre la élite ultra-compensada y las oportunidades menguantes para los recién llegados.