El panorama de la contratación federal está experimentando una revolución tecnológica a medida que los contratistas adoptan cada vez más herramientas de inteligencia artificial para transformar la forma en que responden a las licitaciones gubernamentales.
La adopción de IA en la adquisición pública federal se ha acelerado notablemente en 2025, con herramientas que ya asisten a los contratistas en prácticamente todas las fases del proceso de licitación. Desde el análisis de oportunidades relevantes en SAM.gov hasta la redacción de propuestas técnicas y la evaluación de datos de desempeño previo, la IA ofrece a los contratistas capacidades sin precedentes para mejorar la eficiencia, la precisión y la competitividad.
Según investigaciones del sector, el 57% de los profesionales de adquisiciones creen que la IA tendrá un impacto significativo en la industria para 2025, y un 35% ya está utilizando estas herramientas. La tecnología resulta especialmente valiosa para analizar grandes volúmenes de datos de licitaciones, identificar requisitos de cumplimiento y generar contenido para propuestas de manera más eficiente.
La Casa Blanca ha reconocido este cambio, emitiendo en abril de 2025 nuevas políticas que agilizan los procesos de adquisición de IA y establecen directrices para su uso responsable. Estos memorandos, incluidos el M-25-21 y el M-25-22, reflejan una postura "proactiva" y "proinnovación" respecto a la adopción federal de la IA, al tiempo que abordan los posibles riesgos.
Para los contratistas, los beneficios son considerables, pero conllevan importantes consideraciones. Expertos legales subrayan que las propuestas asistidas por IA deben seguir cumpliendo todos los requisitos de presentación y ajustarse a la normativa federal. Se recomienda a los contratistas implantar un modelo de "humano en el circuito", en el que profesionales cualificados revisen todas las salidas de la IA, mantengan registros de auditoría que documenten su uso y realicen exhaustivas revisiones de cumplimiento legal.
A medida que los marcos regulatorios siguen evolucionando, los contratistas deben abordar cuestiones clave relacionadas con la privacidad de los datos, los derechos de propiedad intelectual y los posibles conflictos de interés organizativos. Aquellos que afronten de forma proactiva estas dimensiones legales y éticas estarán mejor posicionados para aprovechar las ventajas de la IA, manteniendo al mismo tiempo el cumplimiento y la integridad en el competitivo mercado federal.