En los remotos desiertos de Xinjiang, China está construyendo la base de su futuro en inteligencia artificial. Un análisis de Bloomberg sobre aprobaciones de inversión, documentos de licitación y registros empresariales revela que empresas chinas planean instalar más de 115,000 chips de IA de Nvidia prohibidos en docenas de centros de datos en las regiones occidentales del país.
Siete proyectos en Xinjiang enfocados en estos procesadores habían comenzado su construcción o ganado licitaciones abiertas para servicios de cómputo de IA hasta junio de 2025. Uno de los más grandes involucra a una empresa controlada por Nyocor Co., una firma energética con sede en Tianjin dedicada principalmente a energías renovables, que propone construir un centro de datos alimentado por 625 servidores H100, uno de los modelos restringidos de Nvidia.
Estas instalaciones mejorarían significativamente las capacidades de cómputo de China, mientras el presidente Xi Jinping enfatiza la autosuficiencia tecnológica. En una reunión del Politburó sobre IA en abril de 2025, Xi subrayó la importancia de crear un ecosistema de hardware y software de IA “autónomamente controlable”. Un inversionista ha comprometido más de 5 mil millones de yuanes (700 millones de dólares) para proyectos de centros de datos en el condado de Yiwu durante 2025-2026.
La infraestructura planeada respaldaría modelos avanzados de IA como los de DeepSeek, cuyo modelo R1 sorprendió a los mercados globales en enero de 2025 al igualar o superar a sus contrapartes occidentales, aparentemente requiriendo mucho menos poder de cómputo y costo de desarrollo. Un operador en Xinjiang ya afirma estar utilizando hardware avanzado para ofrecer acceso en la nube al modelo R1 de DeepSeek.
Sin embargo, estas ambiciones enfrentan obstáculos significativos. Estados Unidos restringió en 2022 la venta de chips Nvidia de última generación a China por preocupaciones de que la IA avanzada pudiera otorgar ventajas militares a Pekín. Funcionarios estadounidenses estiman que actualmente solo hay unos 25,000 procesadores Nvidia restringidos en China, mucho menos de lo que requerirían los proyectos. Los documentos chinos no explican cómo planean las empresas adquirir estos chips, que no pueden comprarse legalmente sin licencias del gobierno estadounidense.
Aunque el complejo seguiría siendo modesto en comparación con la infraestructura de IA en Estados Unidos, representa la determinación de China de avanzar en la carrera global de IA a pesar de los controles de exportación. Los proyectos también resaltan la creciente brecha tecnológica entre las dos superpotencias, ya que ambas naciones priorizan el desarrollo de la IA como esencial para sus futuros intereses económicos y estratégicos.