El emblemático caso antimonopolio contra Google ha entrado en una fase crítica, ya que el juez federal Amit Mehta evalúa los remedios apropiados para el monopolio ilegal del gigante tecnológico en las búsquedas en línea y la publicidad relacionada.
Durante los alegatos finales el 30 de mayo de 2025, el juez Mehta indicó que podría inclinarse por medidas menos agresivas que el régimen de 10 años propuesto por el Departamento de Justicia. "Diez años pueden parecer poco tiempo, pero en este sector, mucho puede cambiar en semanas", comentó Mehta, haciendo referencia a la reciente adquisición por parte de OpenAI de io, una startup de dispositivos de IA fundada por el exjefe de diseño de Apple, Jony Ive, por $6,500 millones de dólares.
El caso ha evolucionado para incluir la inteligencia artificial como un campo de batalla clave. Nick Turley, jefe de producto de ChatGPT en OpenAI, testificó que la empresa aún está a años de lograr su objetivo de usar su propia tecnología de búsqueda para responder al 80% de las consultas. Turley afirmó que tener acceso a los datos de búsqueda de Google mejoraría significativamente las capacidades de ChatGPT. El verano pasado, OpenAI se acercó a Google para proponer una alianza que impulsara ChatGPT, pero fue rechazada, ya que Google considera a la empresa de IA como una competidora directa.
El juez Mehta cuestionó si empresas como OpenAI o Perplexity deberían ser consideradas competidoras de Google y, por lo tanto, tener acceso a cualquier dato que Google esté obligada a compartir. Esta distinción es crucial, ya que los remedios propuestos por el Departamento de Justicia impedirían que Google establezca acuerdos exclusivos de distribución para sus programas y aplicaciones de IA, incluido su chatbot Gemini.
Google ha rechazado enérgicamente las propuestas del Departamento de Justicia, calificándolas de "sin precedentes" y argumentando que perjudicarían a los consumidores, la economía y la innovación tecnológica. El CEO de Google, Sundar Pichai, testificó que obligar a la empresa a compartir sus datos de búsqueda equivaldría a una "desinversión de facto" de su motor de búsqueda, representando décadas de inversión.
El caso pone de relieve el vertiginoso ritmo de cambio en el panorama de la IA y la tecnología de búsqueda. Mientras Google enfrenta posibles restricciones, OpenAI ha estado expandiéndose agresivamente, no solo con la adquisición de io, sino también con la reciente compra de la herramienta de codificación con IA Windsurf por $3,000 millones de dólares. Durante su testimonio, Turley incluso sugirió que OpenAI estaría interesada en comprar Google Chrome si el juez ordenara la separación de los negocios de Google.