OpenAI se ha distanciado de manera contundente de la reciente iniciativa de tokenización de Robinhood, generando tensión entre el gigante de la inteligencia artificial y la popular plataforma de trading.
El miércoles 2 de julio, OpenAI emitió un comunicado en redes sociales declarando: "Estos 'tokens de OpenAI' no son acciones de OpenAI. No nos asociamos con Robinhood, no estuvimos involucrados en esto y no lo respaldamos". La compañía enfatizó que cualquier transferencia de acciones de OpenAI requiere su aprobación explícita, la cual no fue otorgada, y advirtió a los usuarios que "por favor, tengan cuidado".
La controversia surge a raíz del anuncio de Robinhood realizado el lunes durante un evento promocional en Cannes, Francia, donde la empresa presentó acciones tokenizadas de compañías privadas, incluyendo OpenAI y SpaceX. Como parte de este lanzamiento, Robinhood asignó tokens de OpenAI por un valor de 1 millón de dólares y tokens de SpaceX por 500,000 dólares para ser distribuidos entre usuarios europeos elegibles que se registren para operar con acciones tokenizadas antes del 7 de julio.
Robinhood defendió su oferta tras el comunicado de OpenAI, explicando que los tokens ofrecen "exposición indirecta a mercados privados" a través de la "participación accionaria en un vehículo de propósito especial (SPV)". El CEO de Robinhood, Vlad Tenev, reconoció el miércoles que, si bien los tokens no son técnicamente acciones, "en la práctica brindan a los inversionistas minoristas exposición a estos activos privados".
La iniciativa representa el primer intento de Robinhood por tokenizar empresas privadas, algo posible gracias al entorno regulatorio más flexible de la Unión Europea, que carece de las restricciones para inversionistas acreditados presentes en Estados Unidos. La empresa está ofreciendo más de 200 acciones y ETFs estadounidenses tokenizados a clientes europeos, con operaciones sin comisión.
Este incidente pone de manifiesto la creciente tensión entre las empresas privadas y las plataformas financieras que intentan tokenizar acciones privadas sin autorización explícita. Las compañías privadas suelen mantener un control estricto sobre cómo se valúan y negocian sus acciones, como lo demuestra la rápida y enérgica respuesta de OpenAI al esfuerzo no autorizado de Robinhood por tokenizar su capital.