Durante la Guerra Fría, Estados Unidos mantuvo una extensa red de radares, misiles e interceptores a reacción en todo el territorio continental para defenderse de bombarderos y misiles soviéticos. Este escudo defensivo incluía el sistema Semi-Automatic Ground Environment (SAGE), que procesaba información de radares terrestres y aviones de alerta temprana para coordinar escuadrones de interceptores y baterías de misiles tierra-aire.
Décadas después, esta mentalidad defensiva vive un resurgimiento con la iniciativa Cúpula Dorada, un sistema de defensa antimisiles de próxima generación que utiliza la inteligencia artificial como piedra angular tecnológica. Anunciado en enero de 2025 mediante una orden ejecutiva, el proyecto ha asegurado 24.7 mil millones de dólares en financiamiento inicial a través de una reciente ley de reconciliación presupuestaria.
A diferencia de sus predecesores de la Guerra Fría, Cúpula Dorada busca crear una arquitectura de defensa multinivel capaz de contrarrestar amenazas diversas, incluyendo misiles balísticos intercontinentales, armas hipersónicas y enjambres de drones. El sistema integrará sensores e interceptores espaciales con infraestructura terrestre, creando un escudo integral para el territorio estadounidense.
La inteligencia artificial está en el corazón de este ambicioso proyecto. Como explicó el Mayor General Frank Lozano en marzo de 2025: “Queremos integrar más control de fuego habilitado por IA para ayudarnos a reducir la huella de personal”. Este enfoque refleja una estrategia más amplia del Pentágono para incorporar sistemas autónomos que puedan procesar grandes volúmenes de datos y tomar decisiones en fracciones de segundo sin intervención humana.
La Agencia de Defensa de Misiles se ha asociado con empresas de software de IA como C3 AI bajo un acuerdo de cinco años y 500 millones de dólares para acelerar la adopción de inteligencia artificial en los sistemas de defensa antimisiles. Estas alianzas buscan desarrollar aplicaciones que unifiquen conjuntos de datos dispares, generen firmas de amenazas más rápido y mejoren el análisis de programas de pruebas.
Aunque los críticos cuestionan la viabilidad y rentabilidad de un escudo tan integral, los defensores argumentan que los avances en IA y tecnología espacial hacen que esta visión sea más alcanzable que intentos previos como la Iniciativa de Defensa Estratégica de Reagan. El Pentágono espera entregar capacidades iniciales a principios de 2026, con una implementación total que se extenderá hasta la década de 2030.
Mientras las potencias globales compiten por desarrollar tecnologías de misiles hipersónicos y otros sistemas avanzados, la inversión de Estados Unidos en defensas impulsadas por IA representa un cambio estratégico significativo. La iniciativa Cúpula Dorada marca un regreso a la prioridad de la defensa nacional, pero con tecnología del siglo XXI que habría sido inimaginable durante la era de la Guerra Fría.