El Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC, por sus siglas en inglés) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha confirmado que una tormenta geomagnética moderada está afectando actualmente a la Tierra, y se espera que las condiciones persistan al menos hasta el 25 de junio. Este fenómeno forma parte del aumento de la actividad solar a medida que nos acercamos al máximo del ciclo solar actual.
La tormenta se originó a partir de intensas llamaradas solares de clase X que estallaron entre el 17 y el 19 de junio, enviando eyecciones de masa coronal (CME) a gran velocidad hacia la Tierra. Cuando estas partículas cargadas interactúan con el campo magnético de nuestro planeta, generan perturbaciones que pueden afectar a diversas tecnologías e infraestructuras.
Lo que hace especialmente relevante a esta tormenta es el despliegue de DAGGER (Deep Learning Geomagnetic Perturbation), un sistema de inteligencia artificial desarrollado en colaboración entre la NASA, el Servicio Geológico de Estados Unidos y el Departamento de Energía. DAGGER analiza datos del viento solar procedentes de múltiples satélites y es capaz de predecir perturbaciones geomagnéticas a nivel global con una precisión notable, proporcionando avisos críticos con 30 minutos de antelación.
"Con esta IA, ahora es posible realizar predicciones globales rápidas y precisas e informar la toma de decisiones durante una tormenta solar, minimizando así los posibles daños a la sociedad moderna", explicó Vishal Upendran, investigador principal del proyecto DAGGER. El sistema genera predicciones en menos de un segundo, con actualizaciones cada minuto.
La tormenta actual sigue a un evento G4 más severo que tuvo lugar a principios de junio, el cual provocó auroras visibles incluso en latitudes tan al sur como Alabama. Aunque la tormenta G2 presente es menos intensa, el SWPC advierte que aún podría causar fluctuaciones de voltaje en los sistemas eléctricos, degradar las señales de radio de alta frecuencia e incluso afectar el funcionamiento de los satélites.
El despliegue de DAGGER llega en un momento crítico, ya que la actividad solar continúa aumentando de cara al máximo solar previsto para 2025. El carácter de código abierto del sistema permite a operadores de redes eléctricas, controladores de satélites y compañías de telecomunicaciones integrar esta tecnología en sus operaciones, lo que podría dar lugar a lo que los investigadores describen como "sirenas de tormentas solares" que funcionarían de forma similar a los sistemas de alerta de tornados.